Toteta Pinnta

Dibujos de mi hija Violeta desde los 15 meses... hasta que me pida que lo deje.

domingo, 31 de enero de 2016

Diciembre 2015, enero 2016

Esta entrada doble la voy a dedicar al arte efímero. La primera muestra es simplemente un despiporre. O más concretamente, un conejo. Bueno, dos. Lo gracioso del conejo, aparte de lo evidente –que es espeluznantemente figurativo, apabullantemente, recontracalifrísticamente figurativo– es que lo dibujó mientras los demás comíamos, en el hule que ponen los abuelos en la mesita del sofá para que las pepinillas lo pinten a su antojo sin masacrar sensiblemente la furnituría. Lo pintan, lo emborronan... y el abuelo le pasa una bayeta y fin del afán. Arte efímero en estado puro. ¿Lástima? ¿mandaleo? Sea lo que sea, flipen con el conejo (y con su evolución, y sin miyazakis de por medio). Por cierto, que mientras escribo, Violeta me está aclarando que el conejo estaba malo, y que por eso le estaba poniendo una nariz un poco rara, porque el pobre no podía respirar. Bueno, ahí va:



El conejo y su hijito. Yo estoy temblando...

Este es el mural que tenemos pegado en la pared del taller para que se explaye VIoleta. El papel grande, lo llama ella:





Su "Círculo del papel grande".
Muerdo de amor, por cierto.
Medusas (peces con pies), coronas, coratones, nenas flotantes,
logos de Popek, unas rayas... La vida puede ser maravillosa.


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