¡Otro día! Pero otra vez no tenía Violeta ganas de dibujar nada. Me pidió un nene. Pero un nene muy grande, dije yo. Y tan grande; mi niña ya no tiene bastante con un dinA4, así que nos hemos pasado al formato grande dinA3. ¡Tíi! Así que hice esta cara enorme. ¿Quieres hacerle tú los ojos? Y le hizo los ojos, la boca, las orejas, el pelo y esos dos mofletes tostadísimos. Acto seguido, dijo ¡nena! ¡mono! ¡aquíii! Y hubo que hacer las dos pequeñitas de arriba.
Aquí la cosa fue al revés. Yo le pedí un nene y fui imitando lo que ella
hacía. La cara, los ojos, las orejas... Me pidió el pelo y las manos, y
como le gustaron, así, amaíllo, las quiso hacer ella también: son el trazo amarillo en
forma de caracol que subraya el conjunto.
Un tató vele y medio atul. Y venga atul.
Ese día ya no quiso más. Me pidió una pitapa y un nene con totete, osete. Como le hice el pelo pincho le pareció una corona. ¿Conona? ¿Petano pilí? Y asi supe lo que me había querido decir unas horas antes. Petano pilí, mamáaaa, cononaaa: ¡cumpleaños feliz, con corona!
Su bebé (el burrito i-aaa i-aaaa, de falda amarilla) y el panda. ¡Y un arcoiris!
Punnto punnto punnnnto.
Violeta, ¿quieres hacer un círculo? Ahí van dos. Y punnto.
Bebéee, nena, tató tota (corazón rosa).
¿Sabes hacer un círculo, Violeta? ¡Tíiii! Y ahí lo tienen.
Tres cabalgan juntos, ¡dibujo a seis manos, papá, mamá y Toteta!
Otra sesión de pintura para dedos.
¡Y punnto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario