Toteta Pinnta

Dibujos de mi hija Violeta desde los 15 meses... hasta que me pida que lo deje.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Diciembre de 2014. Violeta cumple un año y medio

A día de hoy, este es el mundo de V: Pé, Miyau, Mono, Buau, Pato, Buau, Brrrmmm, y por encima revoloteando, Pyyyo y Pataaata. El átomo obsoleto no sé por dónde vino.

Este dibujo de Carlos merece que lo ponga aquí por lo alucinante que es verle dibujar con su hija, los dos enzarzados con los rotus, descubriendo sus habilidades a medida que les pierden el miedo. Ninguno había dibujado en su vida; una tiene 18 meses y el otro unos cuantos más, pero para los dos es igual de sorprendente;)

Empezamos a añadir pegatinas. La fijación por los patos es ya un clásico desde que vamos con los abuelos a darles pan al Retiro (y pipas a los pavos). Los patos de Carlos son un clásico ya, también.

Customizando mi viejo catálogo de Ibermúsica. Aquí, Tchaikovski la mar de favorecido.

Ainhoa Arteta. Como decía mi abuela, la que se viste de verde, con su hermosura se atreve. 

El velo de Mendelssohn.

A Seiji Ozawa nunca volveré a mirarle igual.

Y qué me dicen de Thomas Quasthoff...

Más coautorías entre V y su padre. El Demoño negro hace su aparición también.

¿Sabes, Violeta? Todos los patos son sordos y franceses: dicen ¿cua? ¿cua? Lo que acaba una por sacar del cesto al cabo del día. Además, estos patos llevan collar, porque a V le encanta adornarse con las joyas de su abuela -y algunas de las de su madre. La corona, a saber;)

El amarillo en la izquierda y el morado en la derecha. Y el negro por todas partes (incluida la nariz).

Aquí unas nenas de mi príncipe consuerte. Obedeciendo órdenes.

Cuando la soltura deja paso al paroxismo.Tetas y patos, patos y tetas. Y pacas, y y nenes, y cacas, y vaya usted a saber.

 Vuelta a la tranquilidad, pero no por mucho tiempo.


Empezamos con la pintura de dedos. Debajo de esa maraña verde de la derecha hubo al principio una timidez de dedito índice dejando unos puntitos delicadísimos, unos rastros como de ala de mariposa, un no atreverse a tocar... 




¡Cómo nos lo pasamos, madre!

Piquita y tatol, mariquita y caracol, entrando en escena. Y las estrellas habituales.




Ideal para despedir el año. ¡TOTETE! ¡MANO! ¡PATO! ¡PINNTA!


Y aquí, las manos de los tres. No se puede ser más feliz, no se puede querer más. ¡Feliz año nuevo!

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