Enfatizando nuestros nombres.
Los triangulitos los puso su padre, que se está empezando a apuntar a la fiesta.
Aquí V ya empieza a dar órdenes: ¡PATO! Y mientras, hablando: bichito, bichilo, petito, pellello, pepito, tobellam, pé, ¡pé!
Lo dicho: ¡PE! ¡BUAU!
Aquí mi príncipe consuerte ya está en el ajo hasta las cejas: ¡PATO! ¡MONO! Por cierto, el mono era mío, de cuando yo era pequeñi. Tres veces se perdió y reapareció, tres, y a la cuarta fue la vencida:( Aunque aquí parezca que V le odiara, por el fusilamiento amarillo, era su coleguita preferido. Menos mal que tiene un oso (totete, osete) muy parecido, y como creo que los confundía no ha acusado mucho la pérdida...
Con este nene de su padre también se pasó tres pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario